Los orígenes de Laguardia (entonces conocida como Lagoardia de Navarra) data por el 900 dC, cuando el Rey de Navarra, Don Sancho Abarca III, mandó a construir un castillo en los límites del territorio para vigilar posibles ataques de los Moros y los Castellanos.

Laguardia fue finalmente fundada cuando el Rey Don Sancho VII le otorgó los privilegios y la jurisdicción con la "Carta de Fundación" en 1164.

El castillo original se hizo uno de los mas importantes del la zona debido a su ubicación y a su misión militar estratégica. Este castillo se mantuvo en pié por mas de setecientos años hasta 1875, para construir la ciudad fortificada que es hoy.

Como la mayoría de las localidades en el territorio vasco, Laguardia tiene su nombre en Euskera. Este pueblo es tambien conocido con el nombre de Guardia por la comunidad vasca.

Laguardia ofrece un exquisito balance entre la tradición y la vida moderna. Sus paredes monumentales preservaron la vieja tradición y arquitectura del pueblo. Como consecuencia de sus orígenes, está cubierto en su extensión por una red de túneles y pasajes subetrráneos. Casi todas las casas en el casco antiguo tiene su tunel propio, usados hoy en la mayoría como bodegas. Se pueden contar mas de 200 bodegas pequeñas privadas en este pequeño casco antiguo. Las características geológicas del terreno, las condiciones de temperatura y humedad que se encuentran en estos túneles han sido ideales para preservar y añejar el vino.

De bodegas, a viñedos con hotelería ultra-moderna y de diseño en la zona, a uno de los testimonios prehistóricos mas interesantes con la "ruta de los dólmentes", que pasa cerca de esta localidad, hacen del área un lugar único para disfrutar, relajarse y... por qué no? sorprender a alguien especial para Ud con una escapada romántica en la tierra del buen vino.

Asumir, no es buena idea...

Como todo que comienza por suerte o por un error, así descubrimos nuestra forma favorita de hacer turismo. En uno de nuestros primeros viajes a España habíamos planeado quedarnos en Madrid por unos cinco días y luego continuar nuestro viaje a Logroño en La Rioja, luego a San Sebastián-Donostia en Guipuzcoa. Tomamos la precaución de hacer reservaciones de hoteles que se acomodaban a nuestro presupuesto y que estuvieran en una ubicación conveniente.

Es así como hicimos nuestra búsqueda concentrándonos en los hoteles de Madrid y San Sebastián-Donostia, donde el turismo estaría en sus picos de demanda debido a ciertos eventos en ambas ciudades.

Todavía recuedo la conversación que mantuvimos con mi esposa mientras hacíamos planes para nuestro viaje; "-Nececitamos hacer reservaciones en Logroño?, -Nooo...Vamos a estar arribando un Miércoles. No es posible que en una ciudad de este tamaño esté toda ocupada, algo vamos a encontrar... nos las vamos a arreglar".

Los planes en Madrid eran muy diferentes. Buscamos, comparamos, leímos comentarios de otros turistas y finalmente optamos por un pequeño hotel cerca de la "Plaza del Sol", por su conveniencia en esa area turística. Y bien, a pesar de todas nuestras búsquedas, los resultados no fueron ni cerca de lo que esperábamos. Nos encontramos llevando el equipaje escaleras arriba y para peor nuestra habitación se hallaba en el tercer piso con vista a un patio interno muy pequeño. Desde nuestra ventana se veían otras habitaciones o ventanas del edificio vecino... imagínense la privacidad con la que contábamos! Encima de todo esto, la habitación era tan pequeña que disponía del espacio suficiente para caminar alrededor de la cama, que esta era tan corta que mis pies quedaban por fuera del borde. En otras palabras, un total desastre.

Madrid estaba atestado de gente, ni siquiera los hoteles "top" tenían disponibilidad inmediata. Afortunadamente, pudimos cambiarnos de hotel dos noches mas tarde, y disfrutamos nuestras útimas noches en la ciudad pudiendo dormir bien y sin interrupciones de ruidos extraños provenientes de la habitación de al lado en el medio de la noche. Nuestro error aquí fue asumir ciertos detalles: Cuando haga reservaciones en la web, no necesariamente le van a dar la habitación que muestran en el website. Esta es la regla #1 - No Asumir.

Asi fué que dejamos Madrid hacia nuestro siguiente destino; Logroño, esta ciudad ubicada justo en el límite entre la La Rioja y el sur del País Vasco.

Manejamos por mas de cuatro horas, contando la parada en Burgos para visitar la Catedral (que vale el desvío para visitarla). Había mucha actividad en Logroño, y parecía que había mas gente que de costumbre.. al menos no esperábamos semejane cantidad. A medida que íbamos caminando buscando por un hotel, nos enteramos que se celebraba el "Festival del Vino".

Productores, gente de negocios, visitantes de distintas partes de España y todo Europa se daban cita en esta ciudad!... Ja! De hecho no encontramos plazas ni en un solo hotel, ni aún un aquel con 5 estrellas. Simplemente la ciudad estaba ya ocupada por los que llegaron antes que nosotros... Y ahora qué?

Despues de tres horas de búsquedas, alrededor de las 8:30pm decidimos irnos a la ciudad mas cercana, Vitoria-Gasteiz.

Esta es la regla #2 - Nunca subestime a una pequeña ciudad. Los eventos grandes son prácticas comunes en las ciudades Europeas . Averigüe el calendario anual antes de ir.

Tomamos la ruta A124 a Vitoria-Gasteiz con la esperanza de encontrar hotel disponible. Pero esta vez tampoco se dió como esperábamos. En el camino nos encontramos con la ruta cortada despues de 20 minutos de manejo!. Comencé a tener la sensación que sería una larga noche, pero había determinado llegar a destino de una forma ú otra. En el corte, Cecilia me señala un cartel muy pequeño que casi ni se veía en la oscuridad, que indicaba camino a "Vitoria" por una ruta muy pequeña. No lo pensé dos veces y nos internamos en la pequeña y oscura ruta.

Sin señales, sin marcas en el pavimento ni a los lados, estábamos manejando en zig-zag siguiendo el camino con viñedos de ambos lados y nada cerca a la vista. A ese punto no tenía ni idea en que ruta estábamos, pero le creímos al pequeño cartel.

En los primeros 10 km llegamos al primer pueblo "La Puebla de Labarca". Había pocas luces y otro pequeño cartel indicando la dirección de nuestro destino en una intersección. Esta segunda ruta, algo mejor señalizada, nos condujo a la oscuridad a medida que dejábamos el pueblo atrás. La luna llena era espectacular, pero solo nos quedaba un largo camino por delante esa noche.

Despues de un rato, en plena oscuridad, notamos una estructura bien iluminada, que parecía flotar en el aire unos pocos kilómetros adelante. El camino nos llevaba definitivamente en esa dirección, minutos mas tarde habríamos llegado a Laguardia. Un pequeño pueblo fortificado, en el tope de una colina rodeada de viñedos y bodegas. La estructura que veíamos desde la distancia, eran las murallas del viejo pueblo, las que mantenían cuidadosamente iluminada.

Cuando arrivamos, paramos en la puerta de un hotel-restaurant (Maritxa) con la esperanza de encontrar lugar para quedarnos...otra vez, todo ocupado! Pero decidimos al menos quedarnos a cenar antes de continuar a Vitora-Gasteiz.

Mientras esperábamos la comida, comenzamos a conversar con Acier, nuestro amigable camarero y comentamos nuestra experiencia de no encontrar lugar para quedarnos, ni aún ahí en ese hotel. Escuchando nuestro relato, nos observó a ambos con cara de extrañado y dijo "- No puedo creer que en un pueblo que solo viven 1200 personas, no haya lugar para que vosotros podáis pasar la noche". Haciéndonos una seña de que esperáramos un momento, se dirigió directamente el teléfono a hablar con alguien.

Dos minutos mas tarde volvió a la mesa y nos preguntó si estaba bien para nosotros pasar la noche en una bodega...Aqui debo ser honesto; me imaginé durmiendo en una pequeña habitación, con el bombillo colgando del techo, en un rincón oscuro detrás de los toneles de fermentación de la bodega. Mi primera reacción fue preguntarle “-Es una habitación limpia?"... No estaba dispuesto a dormir en una cucha de perro, pensé sin emitir comentario .... Pero Acier dijo que íbamos a estar bien ahí, y por alguna razón confiamos en su criterio. Acordamos quedarnos, a lo que nos pidió dejar la mesa así como estaba, prometiendo que la cena esperaría a que nosotros llegáramos de regreso. Necesitábamos tiempo suficiente para ir con el coche cuesta abajo hasta la bodega y que nos entregaran las llaves antes de las 10pm.

A medida que íbamos descendiendo la colina hacia la bodega, comentábamos como las cosas se habían tornado interesantes. Cinco minutos de manejo estaríamos arribando al edificio de la Antigua Bodega de Don Cosme Palacios. Una hermosa construcción erguida en roca con puertas y ventanas enormes en madera sólida lustrada. Ahi estaba una muchacha esperando a darnos la llave del cuarto antes de finalizar su jornada de trabajo. No podíamos creer la belleza del lugar, la habitación muy acogedora con muros de piedra, y vista a los viñedos, las montañas y la luna llena de esa noche. A esto se sumaba una botella de vino con sus copas para dos, y unos pases para una visita guiada a la bodega nueva sobre la mesa del cuarto.... Sinceramente el comfort de un hotel 4 estrellas en el medio de la montaña.

Volvimos al restaurant muy agradecidos con Acier. El se había transformado en el artífice de crear una gran experiencia para visitantes como nostros. Con excelentes sugerencias para la cena acompañada con el vino local apropiado. Fue así como disfrutamos esa noche una de las cenas mas exquisitas de todo el viaje, de la cual aún recordamos los sabores, las texturas de las exquisitas creaciones del chef (no tuvimos la oportunidad de agradecerle en persona).

Nos quedamos dos noches en aquella joya de pueblo de 1.200 habitantes, con mas de 200 bodegas subterráneas privadas y hasta galería de arte. Con una historia rica con orígenes en el sXIII, Laguardia era un excelente puesto de observación que fue fortificada durante la guerra de España con Napoleón. Caminando por el casco antiguo y observando la vista de su magnifica explanada, es casi mística la sensación de relajación que atrapa haciéndolo sentir bienvenido.

En resumen, con estas experiencias aprendimos que ni siquiera el viaje mejor planeado puede garantizar que todo salga como es esperado. Que un viaje con menos planificación y menos cronogramas apretados abre un rango de oportunidades inmenso para descubrir las áreas menos conocidas. No subestime un pueblo pequeño, porque probablemente encontrará lugares únicos que no podría hallar de otra manera. Es por eso que a partir de este viaje nos gusta decir "Simplemente vaya, contacte a los locales y descubra" y no se arrepentirá de haberlo hecho. En otras palabras, experimente las posibilidades sin límites del Agro-Tourismo.